miércoles, 29 de agosto de 2007

Modernos pero tradicionales




Desde hace ya unas semanas que he retomado el estudio sobre vinos y, la verdad, las visitas que he tenido la suerte de realizar me han hecho reflexionar sobre la gran inversión extranjera que se ha realizado en los Chateaux franceses.

Que los nuevos propietarios han cambiado muchas cosas, que la inversión en la bodega desde el 2001 ha logrado cambiar el estilo de los vinos, que esta es la bodega más moderna de Burdeos, etc. Etc. Etc.

La mayoría de las inversiones datan de fines de los ’90, donde los ingleses tienen mucho que decir y los gringos también. No es que sea malo, al contrario, pero me parece curioso el que en cada visita los directores técnicos, enólogos o jefes de bodega resalten de manera importante las nuevas tendencias del “nuevo propietario” cuando este ya tiene más de cinco años en la propiedad.

Otra cosa que sorprende es que, justo al lado de cada antigua construcción, se ha edificado con lujo de modernismo un edificio completamente nuevo con sistemas de elevadores, mesas vibradoras, bombas y estanques con temperatura regulada que le da “mayor respeto a la fruta”, como dicen los que las usan, pero no deja de parecer que la industrialización ha sobrepasado a lo tradicional para lograr unir eso de “tradición” con “tecnología de punta” más propia del Nuevo Mundo que de Burdeos, supuestamente la capital tradicional del vino en el mundo.

Insisto, no es que moleste ni que este mal ni que debiera ser de otra manera, sólo resulta curioso que las mimas máquinas que están en Chile sean el orgullo de los que muestran la bodega en Burdeos, por lo que deberíamos estar más contentos nosotros porque realmente no tenemos nada que nos diferencie de los grandes de Europa.

Ahora, para los que ya están pelando a Grellet: es cierto, el terroir, la fruta, la poda, el suelo, bla bla bla, pero nosotros también tenemos terroir y suelos distintos que hacen que nuestros vinos sean diferentes a los de los Bordeleses. Y peor aún para ellos, los nuestros valen un tercio (con suerte) de lo que vale una botella de ellos.

¿Cómo logramos el mismo valor y reconocimiento entonces?, parece que sólo con tiempo, y eso no lo podremos igualar jamás.

Estuve con Gabriel Vilard, Jefe Técnico de Chateau Haut.-Bailly; hombre medio hiperquinético pero profesional y convencido de que el vino se hace en el campo, que sin fruta no se puede lograr nada. De hecho recalcaba mucho que no existe receta clara para hacer el vino, sólo dejar que la fruta madure lo mejor posible, lo más sana que se pueda y rogar por no tener problemas, pero que el trabajo en el campo decide todo. Incluso las mezclas dependen de la fruta, por lo que la frase “no somos una cocina, acá no hay receta” la dijo más de una vez.

Bueno, no es ninguna novedad, pero es el único que me ha dicho esto por estos lados y, según yo, es lo que vienen haciendo varios chilenos desde hace rato, así que tan perdidos no estamos.

Haut-Bailly es quizás un digno ejemplo de esta “modernidad sobre lo antiguo”, donde un estadounidense compró la propiedad, le puso lucas para construir todo lo que hacía falta construir y empezó a levantar un Chateau histórico con las ganas de hacer un negocio donde también el mantener una propiedad preciosa, con jardines, una bodega y viñedos como jardines sean, además de lindos, productivos y lucrativos.

Impresionante saber que en él trabajan diez personas en el campo y una en la bodega, donde las visitas las hacen dos personas, el Jefe técnico o una de las Directoras del Chateau, logrando realmente que el visitante se empape de lo que pasa en la empresa y pueda preguntar lo que quiera obteniendo una respuesta clara y profesional.

Quizás esto hay que copiar un poco, que el turismo nuestro sea un poco más profesional y menos de “ahorro de costos” como es la frase más ocupada. Donde el encargado de las visitas sea “la” persona de la bodega o, a lo menos, una persona preparada para poder entregar la información necesaria.

Bueno, me estoy perdiendo en el universo.

Los vinos de Haut-Bailly tienen lo suyo: una propiedad de 28 hectáreas donde predomina el Cabernet Sauvignon, lo sigue el Merlot y termina de darle color el Petit verdot.

Pequeñas parras, todas cosechadas a mano, viejas viñas que tienen más de cien años y, repito donde en una parte de ellas, están aún mezcladas las variedades, por lo que la cosecha es complicada en algunos lugares del campo y se debe tener especial atención para sólo cosechar lo que está maduro.

Afortunadamente, la bodega es preciosa, tienen de toda la maquinaria que sea necesaria y las personas para lograrlo, haciendo varias cosas interesantes. Veamos:

El Grande: Chateau Haut-Bailly Grand Cru Classé, Pessac-Léognan.

Probé el 2006 (muestra de barrica), y el 2005; el 2005 vino elegante, sin el brett que sobresalga, mucha fruta, gran potencial de guarda y cerrado a decir basta; en boca largo y complejo, con ciruelas negras marcadas y complejidad suficiente para dejar tranquilo a varios de los exigentes, pero sorprendentemente dentro de un marco de modernidad que me llamó la atención.

Por algo vale el doble del precio normal, llegando a los 60 euros en vez de los 30 que vale normalmente cada botella (anótense la cosecha del 2005 en Francia como una de las mejores de la historia).

Ni siquiera me voy a referir a la muestra de barrica del 2006, ya que le falta como un año de barrica antes de ser embotellado.

El segundo vino: La Parde de Haut-Bailly.

Segunda selección de fruta del mismo viñedo y con barricas de distintos años, logrando un vino más simple pero en el mismo estilo de su hermano mayor. Obvio, a mitad de precio que el anterior y destacable entre los de su mismo rango.

Vino que igualmente necesita decantación, pero que sin duda es concebido para atacar al mercado de los restaurantes y bares de vinos. Producto moderno, fácil de tomar y con ganas de la segunda copa, donde platos tradicionales como terrinas de carnes, preparaciones en base a conejo o quesos rústicos son la mejor armonía. Obvio: tradicional y simple cocina francesa que se encuentra en cualquier restaurante francés.

El tercero es algo que se embotella con lo que sobra de los dos anteriores, pero que logra matar el volumen sobrante y hacer caja.

Algunos años hacen sangrías y sacan unas cajitas de un rosado, bastante bueno debo decir, pero que generalmente se vende en el mismo Chateau y para las visitas, algo así como el “souvenir” que no tiene nadie.

¿Vale la pena Haut-Bailly?, de todas maneras: podrán probar un gran vino en una bodega moderna y con instalaciones antiguas “remasterizadas”, con gente que adora lo que hace y está absolutamente convencida de su trabajo, donde lo que destacan y defienden son sus 28 hectáreas y sus ganas de hacer las cosas bien, sin importar cuantas cajas o cuantos litros logren, donde el cambiar es parte del crecer (como para mandarme una frase para el bronce); algo que se debiera repetir más seguido.

Para mayores informaciones
www.chateau-haut-bailly.com

Primer día de clases

Hoy mi hijo fué a su primer día de clases. ¿que tiene fuera de lo normal? que estamos viviendo en un país diferente y donde mi pequeñito aún no habla el idioma.
Fuerte, ¿cierto?; bueno, esa es la idea principal de que asista a clases por unos meses, para que aprenda a hablar francés y podamos mantener una segunda lengua en casa para despues de regresar a chilito querido.
Como todo padre, las lecciones de valentía comenzaron hace ya un par de semanas y los "te va a encantar el colegio" o "vieras la de amiguitos nuevos que vas a tener", pensando que el crío podría sentirse asusado o, por decir lo menos, nervioso de ir a un colegio donde ni las profesoras lo entenderían. Pensabamos que tendíamos un problema, que lo podíamos dañar, crearle un "trauma"... O ilusos de nosotros.
¡Mentira!, el cabro agarró su mochila, nos dijo un frío "chao papá, chao mamá" y se fue corriendo para adentro de la sala sin nisiquiera preguntar cuando regresábamos.
Lo más patético de la jornada eramos nosotros, par de idiotas, tratando de colarnos dentro del jardín del colegio para poder mirar por la ventana chica de la sala si a nuestro "pequeñito indefenso" le pasaba algo.
Bueno, tan indefenso no estaba el niñito este que digamos: agarró la pescera del cuso y la empezó a atacar con lo que tenía para poder mover a los pescaditos rojos de adentro, cosa que la profesora (quien sabe por que), no le gustaba y por eso lo sacaba tantas veces como este pequeño diablillo se subía a una silla para poder cumplir con su cometido.
A la hora de la siesta (informe de la profesora), este hijo mio se entretuvo despertando a los otros niñitos y haciendo una suerte de "concurso de gritos", por lo que el descanso post almuerzo fue un fracaso, y, como terminando la jornada, agarró a besos a una de las compañeritas, por lo que debieron separarlos un poco antes de terminar la clase (fuerza hijo! ya te llegará la hora!).
Resumen: el cabro está re bien integrado a la enseñanza francesa; ¿o debo decir: ojala que los franceses se acostumbren a la enseñanza de él?
Bueno, el tiempo lo dirá, pero por ahora puedo dormirmás tranquilo.

jueves, 23 de agosto de 2007

Una terrine livinita

Señores: acabo de recibir esta "liviana" receta enviada por mi hermana chica directamente desde Londres.
Como verán, la dieta baja en calorias sigue siendo nuestro principal bien común.
TERRINA DE PATO

Ingredientes

Sirve 8-10: 1 pato, 250 g de grasa de tocino, 150 g de ternera molida, 150 g de lomo de cerdo molido, 100 g de jamón crudo, 2 huevos, 2 vasos de brandy, sal, pimienta

Preparacion

Deshuesar el pato y cortarlo en trocitos. Mezclar en una terrina grande con el jamón crudo y 100 g de grasa de tocino, ambos cortados en tiritas. Salpicar con el brandy, añadir sal y pimienta y dejar reposar cubierto por dos horas. Moler 100 g de grasa de tocino y el hígado del pato, mezclarlos con la carne de ternera y cerdo molidos, agregar sal y pimienta, amalgamar con los dos huevos batidos. Juntar las dos preparaciones, mezclar para tener un todo homogéneo y poner en una terrina enmantequillada. Comprimir bien. Poner las tiritas de grasa de tocino restantes en la superficie. Tapar y cocinar por aproximadamente 2 horas en el horno a baño maría, regulando el calor de tal forma que el agua hierva lentamente. Sacar del horno, sacar la tapa y cerrar el recipiente con papel de aluminio. Poner un peso encima y refrigerar por un día.
Antes de desmoldar, eliminar la grasa que haya aparecido en la superficie.

Vinos aconsejados

Chardonnay Bussiador VdT Del Piemonte, Tre Vigne VdT Del Friuli, Batard VDT di Toscana.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Ratatouille: ¿sabes lo que es?


Vamos a ver; hemos hablado mucho de la película, pero me permito estas líneas para detectar a los mentirosos y presionar para que hagan conciencia de su profesionalismo.


¿Cuantos de ustedes sabe lo que es una Ratatouille?,¿todos sabían lo que era antes de ver la película?, los que vieron la película y no sabían ¿buscaron en alguna parte lo que era?.


Está bien, es facil determinar después de ver al ratón, que este plato es en base a verduras, pero ¿te sabes una receta?, ¿la probaste alguna vez?, ¿la cocinaste alguna vez?.


Escribo esto porque estoy seguro de que muchos no sabían lo que era y menos aún profundizaron después, haciendo que la mediocridad se vuelva a aparecer y la flojera predomine.

Ojala que exista cada día menos por el bien de todos.


Después de este llamado de atención, les doy una recetilla fácil y barata para que hagan en casa (modificaciones a disposición del cocinero).


Ratatouille es, en definitiva, una preparaciópn que se basa en verduras duras (berengenas, pimientos, calabacines o zapallo italiano y cebolla), donde se agrega tomate maduro, ajo y condimentos básicos: sal, pimienta, orégano y romero para los que les guste (aunque el ratón no lo permite en la película).


Se corta todo en trozos homogéneos, se monta en una fuente, se agrega aceite de oliva, algo de agua y se deja a fuego lento en el horno por una hora y media (mas o menos dependiendo del tamaño).


Lo importante es que esta preparación es una de las más moldeables de la cocina, pudiendo servirse tibia, recién hecha, fría, acompañada de anchoas o aceitunas (ambas es lo más típico), como acompañamiento o como plato único.


Es un plato simple, sabroso y "rústico", ya que no conlleva demasiada técnica ni sofisticación.


Resultado señores: cuando encuentren algo que no conocen, traten de buscarlo, así parecerán más profesionales.

lunes, 20 de agosto de 2007

Terrina / Terrines (o como quieran escribirlas)

Más de alguna vez nos hemos sentado en algun restaurante y la palabra "Terrine" (así por lo menos es en francés), aparece como acompañamiento.
Para hacerlo más fácil, las terine son una preparación clásica que se basa en la utilización de elementos cárneos unidos a vegetales (o ambos por separado).
Lo que debemos entender es que el orígen de la terrine se encuentra en el fondo de nuestro refrigerador, donde los productos casi se mueren y, si le sumamos el poco de carne que podemos obtener de la carcaza de un pollo, de un pato o de un conejo, ¡vôila! ¡C'est la Terrine!.
Para simplificar, tomen un poco de vegetales idóneos: no cebolla ni puerros, si ajo, pimientos, algo de champignones; lávenlos, córtenles lo podrido y saltéenlos en aceite de oliva por unos pocos segundos, lo suficiente para que suelten algo de jugo nada más.
Tomen lo que queda de la carcaza de un pato (hay que ser el faraón de los giles para hacer una terrine con el magret); piquenlo pequeño y salténelo también; junten los vegetales a la carne y pásenlo por la procesadora de alimentos hasta obtener una pasta grumosa.
Súmenle un huevo, una cucharada sopera de harina sin polvos de hornear, un poco de aceite de oliva, sal, pimienta y pongan todo dentro de un molde adecuado al volumen de la pasta que obtuvieron.
Lo importante es que no quede hasta el borde, quizás la medida super exacta de "dos dedos más abajo del borde" sirve.
Tápenlo con papel de aluminio y déjenlo en el horno a fuego medio por unos 60 minutos. Déjenlo enfriar un poco, ponganle una tapa y, ojalá, un peso encima y dejen en la parte baja del refrigerador por 24 horas.
Señores, esta es la receta más fácil de terrine que verán en un sitio web; ahora ponganse a jugar con los sabores e inventen la suya.
Algunas recomendaciones:
1.- la terrine no es un salpicón, por lo que la lechuga, salchichas o más de un huevo no deben estar en el listado de ingredientes.
2.- mientras más carne le colocan, más sólida y compacta quedará; cuidado con que les quede seca que es un desagrado
3.- jugar con agridulces (damasco secos, almendras, higos), está absolutamente permitido
4.- si no se ensucian las manos, no saben cocinar; lo importante es dejar todo limpio al terminar
¡Buen apetito y suerte a los cocineros!

sábado, 18 de agosto de 2007

Primer tiempo: aperitivo y el sutil comienzo


El aperitivo quizás es la parte más entretenida de una cena, donde los invitados llegan, todos se miran y, no siempre, estamos del todo cómodos. Es por esto que les doy un par de datos para quebrar ese frío de entrada antes de pasar a la mesa.
Parto con la hora de definir el aperitivo, donde muchas veces caemos en el clásico error de pensar: “vienen con hambre, hay que alimentarlos para que se llenen luego”.

Muy por el contrario, las personas que llegan a determinado evento no quieren comer, justamente para que no se piense que vienen con hambre, por lo que conviene preparar los bocados más pequeños, simples, ácidos y frescos posibles. De esta manera entretenemos más que alimentamos, además de hacer funcionar los jugos gástricos y crear un ambiente de espera para lo que se nos viene.

La idea fundamental del aperitivo es literalmente marcar un tiempo de espera, tiempo suficiente para que lleguen todos los comensales, que los anfitriones puedan presentar a sus invitados entre ellos y revisar el correcto orden de los invitados en las mesas a ocupar, quedando el tiempo suficiente para lograr “acomodar” a algún inesperado visitante o, por el contrario, “rellenar o eliminar” la silla vacía de otro que no pudo asistir.

Bocados que se sirven en bandeja o platos y que son comibles “a mano”, con cucharillas de un solo bocado o pinchos varios son mi recomendación. La idea es considerar que si un invitado mantiene una mano ocupada con una copa, es difícil que pueda comer algo que necesita de las dos para ser consumido (léase posillitos de cualquier tipo que requieren de una cuchara para poder comer su contenido).

Recuerden, es distinta la ocasión en un living que de pie en una cena formal, por lo que a veces las ostras, limón y servilletas son las más adecuadas para algo informal, versus montaditos para otras. Lo importante es recordar la comodidad de nuestros invitados.


Recomendaciones

Ocasión formal: Ostras frescas frías

Sofisticadas por excelencia, píntenlas con apenas un toque de mostaza Dijon, se potencian lo sabores de manera increíble.

Quizás una buena idea es montar en una bandeja o plato grande la mitad con mostaza y la otra con sólo limón, de esta manera cuidamos de no obligar de manera absoluta al consumo de un producto tan intenso como la mostaza.

Recuerde despegar las ostras de su concha, de lo contrario, cada invitado necesitará un cuchillo y se pierde la gracia de la comodidad de comer con la mano.

Armonicen con un espumoso de acidez alta o de la “real” Champagne para sorprender a los invitados.

En caso de tener varias alternativas de aperitivo, mantengan un solo bebestible para el aperitivo, recuerden que la clásica “bandeja” con la selección amplia de los matrimonios de antaño (Pisco Sour, Vaina, Kir, etc.), está pasada de moda y es poco educada.


Almuerzo en una terraza: Brusquetas con tomate

Clásica preparación española, se basa en un producto simple y fresco, sobre todo por el hecho de tener que tomarse con la mano y una servilleta a lo más.

Corten rodajas de pan de un dedo de grosor, tuéstenlas en el horno y, cuando estén crocantes, úntenlas en tomate seco hidratado y triturado condimentado con ajo y albahaca (debiera ser albahaca fresca, pero si no es época, con albahaca seca algo se logra).

Monten en un plato grande y llévenlas a la mesa para animar la conversación (ideal para reuniones con suegros o parientes a los que hay que tratar bien).

Digan que la receta la trajeron de España y la conversa empezará de manera animada, sobre todo si las acompañan con un Sauvignon Blanc fresco y joven, servido a no más de 9º C dentro de una cubetera de agua y hielo.


Invitados sorpresa: Bocaditos de quesillo y ají verde

Aunque sólo se puede hacer en temporada de ají verde, es una alternativa entretenida, rápida y simple cuando vienen amigos de sorpresa.

Lave el ají verde con agua fría, córtelo por la mitad a lo largo y retire las semillas y las partes blancas de interior.

Córtelo en juliana pequeña y, en un recipiente hondo, agregue aceite de oliva, sal y unas gotas de limón. Deje macerar por a lo menos cinco minutos.

Mientras espera, corte rebanadas de pan, tuéstelas apenas y colóqueles una lámina delgada de quesillo o queso fresco, sobre él, coloque un poco de la preparación de ají.

Sírvalo junto con Sauvignon Blanc fresco y de estilo herbáceo, a no más de 8º C.

viernes, 17 de agosto de 2007

Las tres “B” de un vino: ¿y donde las encuentro?

Hace dos días conversaba con mi hermana chica que vive en Londres; ella adora la Champagne y sobre todo, la Demi Sec (léase de las más dulces), a lo que yo la trataba de inculta y poco sibarita.

Menos mal que coincidíamos en la marca, donde la Billecart Salmon es, sin lugar a dudas, uno de los referentes de precio calidad del mercado y, por supuesto, no se puede encontrar en Chile.

Después de rebatir un rato, mi hermanita dijo: “¿y que tanto?, si a mi me gusta, ¿Qué?, al final, la que gasta la plata soy yo”. Y tiene razón.

Hoy en día el vino, la cocina, los destilados, los Habanos y todo lo sibarita, se ha convertido en un elemento de moda y sinónimo de sofisticación, donde el que más sabe es el que la lleva. Cierto y verdad indiscutible.

El consumidor al fin quiere probar algo nuevo, sorprenderse, encontrar “algo” en una copa y definirlo como un gusto que lo atrae, más allá de saber si es tanino, fruta fresca o madera.

La película Ratatuille quizás refleja un poco de eso, el que un tremendo experto pueda ser sorprendido por algo tan simple como algo que “simplemente le gustó”.

Debo decir que la película está súper bien hecha y parece que a medida para la gente profesional de la gastronomía, así que a leer entre líneas parece ser la tarea de los involucrados en este rubro al momento de ir a verla, porque ya se está convirtiendo en obligación.

Nuestra pega, la de los Sommeliers, es un poco adivinar lo que al que está sentado lo puede sorprender, junto con la comida o sin ella, pero despertar en él la sensación final de que lo que está pagando cumple con toda su expectativa y, como si fuera poco, la supera. Cuando un Sommelier hace mal su pega o intenta vacunarse al cliente, es decir que es mediocre, se reflejará en cierta medida en el desagrado del que paga justamente por no obtener eso: satisfacción, placer, comodidad, no tener que pensar en qué es lo que quiero, sino que cuando me siento y aparece este señor vestido casi siempre de negro, pareciera que me estaba esperando sólo a mi.

Pas lo mismo con el vino, lo único que tiene que tener un vino es que le guste al cliente. Si paga mil pesos por una botella que no le gusta, la encontrará cara y mala. Si paga mil dólares por una botella que le parece la mejor de la historia, capaz que la encuentre hasta barata (créanme, hay de mil y de más de mil dólares que de verdad lo valen)

¿A donde quiero llegar?, a que a veces el cliente debe dejarse llevar, dejarse recomendar y probar un poco más. Quizás salga un poco más caro (menos de mil dólares la primera vez, lo prometo), pero si no lo intenta alguna vez, no sabrá jamás si vale la pena o no.

Afortunadamente están apareciendo más Sommeliers en Chile, por lo que puede cambiar si no le gusta la recomendación del primero.

¿Cuándo podremos tener Sommeliers en restaurantes donde no sea necesario que nos vistamos de chaqueta y corbata?, ¿Cuándo tendremos clientes que de verdad quieren probar la carta del restaurante y no cambiar nada del plato?, ¿o conocer los puntos de cocción de una carne? Cada día estamos más cerca, me gusta decir, pero aún nos falta mucho.

Recuerdo unas vacaciones pasadas no hace mucho frente a una parrilla, cuando un amigo me decía “si no es filete, no como, no me gusta la carne si está dura”. Yo le logré responder y demostrar, “amigo, si está en una parrilla, no ponga filete”.

Y no es de cagado, al contrario, es para sacarle mayor provecho a la parrilla; obvio, si es una situación informal, donde picaste choripan como enfermo, la “chela” se está entibiando de lo mucho que hablas y es hora de pasar al tinto, se me aparece sólo el vetado y el costillar. ¿Filete?, ese corte es para el horno o con salsas de algún tipo, platos más sofisticados y sazón adicional, no la sal que debe estar en la parrilla.

Para los interesados, dense una vuelta por el CueroVaca e inscríbanse en sus cursos de parrilla, aprenderán y se sorprenderán de las mentiras que hemos escuchado durante toda nuestra vida.

Beber más, esa es la tarea, suena bonito, ¿cierto? Bueno señores, ¡a comer!, a divertirse que para eso estamos.

jueves, 16 de agosto de 2007

Crítica gastronómica chilena : se salva muy poco.

Desde hace tiempo que hay varios periodistas gastronómicos en Chilito; unos buenos, unos malos y unos viejos. Unos que se nota que saben, otros que no saben mucho, y otros que tratamos de saber.

Greve es uno de ellos: pintoso, buena onda, con un programa que todos quisiéramos. ¡Fuerza Greve! Póngase los pantalones y dedíquese a los restaurantes sin pedirle más excusas a los del foro, que si no se nos marea con el tiempo, serás uno de “Los Intocables”.

Tapia el más envidiado: súper viajado, sabe ene, y se atreve a estar en el http://www.gourmet.com/. Además de tener una guía con su nombre, y a la mejor nariz de Chile como aliado, escribe en la Wine&Spirit Magazine y ahora comienza con Descorchados en Argentina. ¡Ídolo!

Anita, ¡te quiero!, pero lo nuestro es el copuchenteo, el lado sabroso, lo que quiere el pueblo, lo que lo hace vibrar cada mañana y, sin duda, lo que los deja sin dormir en la noche. ¿Será esto la “identidad” que habla el del lado?, por lo menos cada vez que escribes, se nota pasión y convencimiento, eso es innegable. Bueno, son años ya de experiencia y de aprender con lo poco que se puede en Chile y los escasos recursos que aún nuestra industria designa para poder crecer (¡no todos tenemos la suerte de Greve!).
Quizás cuando un miembro de la industria tiene una visita se preocupa, obvio, pero cuando Barahona viene, ¡tiembla!; no hay excusas para las cosas malas o mediocres (léase contaminaciones raras, mala programación, atrasos y otros), y no hay pelos en la lengua para destacarlo, eso lo sabemos todos.
Una de las pocas mujeres con la gran responzabilidad de editar una (¿o debo decir "la"?), página de la industria más leída de Chile (http://www.chilevinos.com/).
Debo reconocer que este párrafo lo he tenido que revisar y reescribir, incluso para evitar represalias posteriores, pero por sobre todo porque la cercanía que tengo con Anita me hace difícil el escribir sin sólo tirarle flores. Gracias Anita por la tribuna incondicional y por editarme más que muchas veces ya que por terminar luego a veces se me pasan cosas importantes.

Harriet: un beso a la distancia (y un abrazo a Enrique).
Carlitos Reyes, gra idea la guía de Valparaiso, quizás acá tengamos algo de futuro y de descentralización de Santiago, donde, estoy de acuerdo, hay mucho que hablar de Regiones.
Marianita va por buen camino; dos libros muy buenos en el cuerpo y curzando tercer nivel de los Sommeliers este año 2007. Quizás después de este año, podamos afianzar más aún nuestra relación de amor/odio que nos ha mantenido juntos en esta industria pequeña y con cada vez más ganas de ser vibrante

¡Listo!, impresionante, pero se acabó la gente, así que hay que ponerse a trabajar.

Necesitamos más personas que quieran subirse al carro y ayudar a empujar, a darle color al asunto, a decir las cosas por su nombre y en el minuto, no por detrás o cuidando de no herir a nadie.

Ya tenemos que cansarnos de que la crítica se realice sólo por invitación y avisada. Ojala nos encontremos con más gente que paga su cuenta, que opina sobre lo que comió y bebió sin siquiera ser reconocido.

Para mí, esa es crítica, esa es transparencia y eso es profesionalismo. ¿Hay de esos en Chile?, parece que muy pocos, pero ya habrán.

Viudo de verano

Es todo mentira, eso es lo que puedo concluir.

Cuando uno piensa idealmetne en unas vacaciones cortas y especiales, sin la bruja ni los demonios chicos, se le ocurren cosas como que "voy a dormir hasta tarde", "me acostaré temprano", "descansaré". pero todo es mentira.

Pasan cinco minutos desde que se fueron y la melancolía de no verr a tus crios se vuelve insoportable.

No te duermes hasta las dos o tres de la mañana y te despiertas media hora antes de lo normal (léase, cuando estan "ellos")

¿que hacer?, ¿lanzarse por la ventana o correr a alcanzar el próximo vuelo y encontrarlos de sorpresa?

Nada, sólo nos queda aguantar firme frente a la adversidad y esperar su regreso más que esperado, con esperanza de que pase rápido y estas malditas "vacaciones" se acaben de una vez.

Bueno, yo las pedí, ¿cierto?, entonces a aguantar.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Ecologicos

Ecólogo, ecología, ecologista: ¡que complicación!, ¡que lata!

Recién hoy, si hoy, acaba de ser publicado una noticia donde se anuncia que, finalmente y luego de 15 años, la única ley de protección del bosque nativo chileno ha sido “pasada” a la Cámara de Diputados donde, si Dios nos ayuda y los Parlamentarios lo permiten, será aprobada definitivamente.

Más allá de criticar la rapidez de la parafernalia legislativa chilena, ¿es posible que en uno de los rincones más lejanos del planeta, donde apenas llegan los aviones, una ley que protege el activo más preciado de la Tierra se demore tanto?. Parece que sí; y lo peor de todo, los chilenos no tienen idea de lo que esto significa.

La ley famosa define cosas tan básicas como “árbol”, “bosque” y “bosque nativo”, primera piedra para que la explotación de este recurso se norme un poco y se intente defender a especies en peligro de extinción.

¿Qué tiene que ver con el vino?, quizás nada, pero lo importante es que esto nos incluye a todos, a los chilenos y a la tierra que nos queda y que Tompkins ni Piñera aún no compran.

Para mi, la ecología y la protección del medio ambiente son algo importante; creo en el biodinamismo como ciencia y, especialmente, cuando se aplica a la producción agrícola donde, quizás, el más conocido defensor del movimiento en Chile es Álvaro Espinoza (¿o debo decir su mujer, Marina?), por lo mismo, estos párrafos van más allá de una crítica y lo que intento hacer es crear un poco de conciencia hacia algo que se nos olvida: los chilenos somos tremendamente ricos en algo que no vemos porque lo tenemos frente a nosotros todos los días, las riquezas naturales aún inexploradas y poco explotadas.

La necesidad de energía es un echo, por lo tanto, los que están en contra de las represas e hidroeléctricas, empiecen a apagar luces y a cuidar el agua, o no tienen asidero ético de que echar mano, por lo menos hasta que el Gobierno se decida a dejar de lado las políticas añejas y empiece con una definición hacia la única alternativa posible para obtener el recurso: la energía nuclear.

Plantas de energía nuclear, antes de negarlas, estudien un poco: basta con una (si, una), planta nuclear para satisfacer las necesidades eléctricas de Santiago. Fuerte ¿cierto?

¿y los desechos?, ¿y si la ponemos en el desierto de Atacama?, onda Tercera región en medio de la nada y así le decimos a los argentinos y bolivianos que no queremos su gas, ¿les tinca?. Bueno, los expertos lo dirán y los políticos lo definirán. Eso es tarea de ellos. Mientras, les mando algunos datos para ahorrar energía.

1.- No “vitrinees” en el refrigerador; cada vez que abres la puerta del “refri” y no sacas nada pierdes temperatura que debe ser recuperada y eso requiere de energía eléctrica adicional a tu consumo.


2.-Apaga las luces de tu casa que no están en uso.


3.-Cierra la llave del agua cuando estás lavándote los dientes o afeitándote, esa simple y fácil práctica ahorra entre 50 y 60 litros de agua mensuales por persona (considerando que te afeitas y lavas los dientes sólo una vez al día; si te los lavas más de una vez, ¡multiplica!)


4.-No es necesario que plantes un árbol; con que tengas una planta en casa purificas una enormidad de metros cúbicos de aire al día sin mover ni un dedo, Lo importante es que te preocupes de que esa planta no se muera (basta con regarla una vez cada dos días).


5.-Coloca una bolsa grande en el auto, así, cuando vas al super la usas y evitas el consumo de bolsas plásticas.


6.-Si vives en un condominio, llama a COANIL y pide un recipiente de reciclage de botellas; así te evitas el “cacho” de donde botar la botellita y ayudas reciclando y ayudando a niños que lo necesitan.

7.-Si compras vinos en una tienda, pide cajas recicladas (léase las mismas en que venían los vinos), y evita tener un doble empaque (cajas de cartón en bolsas de plástico).

8.-Apaga la TV o la radio si no la estás escuchando.

9.-Lava los platos en una lavaza, no con el agua corriendo.

¿Una tontera?, puede ser, pero reflexionen y dense cuenta que siguiendo algunos de los datos que les menciono antes podemos aportar un pequeño granito de arena para ayudar a ahorrar de nuestra billetera y cuidar del medio ambiente.

“Grellet el Verde” dirán algunos, da lo mismo, pero lo importante es que a lo menos uno lo haga.
Salud, estoy brindando con vino biodinámico.